viernes, 14 de agosto de 2009

El miedo somete a CuencaméGrupos criminales levantan a quienes se niegan a pagar el “derecho de piso”, además asaltan camiones o realizan ejecuciones a toda hora

ZOZOBRA. El éxodo de familias con rumbo a Durango capital, a Torreón, Coahuila, o a Estados Unidos, inició hace dos meses y va en aumento (Foto: Mónica Perla Hernández )

Mónica Perla Hernández Corresponsal El Universal Viernes 14 de agosto de 2009
estados@eluniversal.com.mx
CUENCAMÉ, Dgo.— La leyenda cuenta que ésta es tierra de generales, aquí conformó Francisco Villa su División del Norte; sin embargo, a Cuencamé bien podrían cambiarle el nombre por “tierra de narcos” o “tierra de miedo”. Aquí, casi cada tercer día se registran dos levantones.
La cabecera municipal, que recibe a sus visitantes con un arco de piedra sobre el cual se ha inscrito: “Tierra de Generales”, está siendo abandonada por sus pobladores, ante el temor que genera la presencia de hombres armados que les demandan “derecho de piso”.
Una joven de 23 años expresa con mesura en manos de quién está la comunidad: A quién (de los capos) le vas a dar dinero”, porque aquí operan todos los cárteles y piden derecho de piso.
La mirada de la joven contiene el coraje de que sus padres hayan tenido que dejar hace unos días su casa y su tienda, para trasladarse a la capital.
Como ellos, cuando menos una decena más de dueños de negocios han cerrado las puertas de sus empresas, ante las amenazas de los presuntos narcos, que les exigen dinero a cambio de protección.
“¿Cómo no irse, cuando levantan a una o dos personas cada tercer día? Se llevaron hasta al señor que vende los refrescos en la terminal”, señala una mujer de esta comunidad, en voz muy baja.
Se llevan a cualquiera
Coinciden con ella otros pobladores, quienes refieren que en el último mes los levantones se han vuelto escenas recurrentes. Se llevan jovencitas y a sexoservidoras de Torreón que llegaron a trabajar, porque las de aquí, ante las amenazas, mejor se fueron. También secuestran a dirigentes obreros, a dueños de restaurantes, no distinguen, se llevan a cualquiera.
Algunos no regresan y a otros, como Jesús Ríos Hernández, de 26 años, lo devolvieron decapitado y con el narcomensaje: “Esto le pasa a los soplones, aunque vistan de verde y se pongan pasamontañas”.
Es una situación difícil que se ha venido recrudeciendo —admite— René Carreón Gómez, ex presidente municipal de esa demarcación, quien actualmente es diputado local por ese distrito.
Una de las peores jornadas de desapariciones, fue la del martes y el miércoles de la semana pasada, cuando se llevaron a ocho hombres, explican.
Durante el año se han registrado más de 40 levantones. Entre ellos, el de Pablo Esparza Chairez, quien tenía poco tiempo de haber regresado de Estados Unidos.
Cuando llegó, dijo que pondría un negocio de diversión, un restaurante-bar llamado El Bicho. Tiempo después, se lo llevaron junto a sus empleados. Otros dos hermanos de Pablo también fueron plagiados por un comando armado.
Las repercusiones de los cierres
Producto de la inseguridad, varios comercios han tenido que cerrar sus puertas, “porque los dueños no encuentran garantías de seguridad y se tienen que ir por miedo”, establece Carreón Gómez.
El cierre de comercios, no sólo ha afectado a los dueños, también a decenas de empleadas, algunas madres solteras o abandonadas, que ante la falta de ingresos, optaron por el sexoservicio.
Otro giro afectado por la inseguridad que priva es el de restaurantes-bares, en los cuales laboran las sexoservidoras. La mayoría cerró debido a las amenazas de supuestos narcos que se placean por las calles empinadas de este lugar.
Pese a las advertencias que dejan en letreros afuera de uno de estos sitios, Doña Chona decidió reabrir luego de mes y medio de tener inactivo su negocio familiar, como ella le llamaba porque sus hijos desempeñaban los roles de cantinero, mesero y cajero, relatan los lugareños.
Sin embargo, el gusto no le duró mucho, María Asunción fue ejecutada en el interior de ese lugar junto con uno de sus hijos, el pasado 23 de mayo.
No respetan ni a la autoridad
Aquí, los narcotraficantes no respetan ni a la autoridad, en mayo levantaron al director de la Policía Municipal, Omar Hernández, la madrugada del 26 de abril y le prendieron fuego a su patrulla.
Otra forma de violencia, son los frecuentes asaltos a camiones en los cuales se transportan minerales que se producen en las comunidades de Verlardeña y Pedriceña, narran los afectados.
Pero el asunto de los robos de mineral, no sólo afecta a las mineras locales, porque fue justo aquí donde se desvió un cargamento de 12.5 toneladas de oro y plata en greña, que era resguardado por el general en retiro, José Lamberto Ponce Lara, ex jefe del agrupamiento Zorros de la policía del DF.

Y AHORA QUIEN PODRA DEFENDERNOS?

Habitantes de Cuencamé se despertaron el miércoles con la mala noticia de la aparición de una cabeza humana, un hecho más que infunde miedo en la región que se caracteriza por ser escenario de secuestros y "levantones".

Cuencamé. Vecinos de Cuencamé demandan más seguridad. HILDA CASTRO / EL SIGLO DE DURANGOampliar imagen
Al respecto, el diputado local, René Carreón Gómez, aseguró que existe preocupación por los acontecimientos que se han venido dando en este lugar; "hay temor por todas las circunstancias que se registran y que origina que muchas personas se hayan ido con la intención de no perder su patrimonio".
El ex Alcalde de esta municipalidad considera que la situación es crítica, y lo deseable es que las cosas vuelvan pronto a la normalidad.
Mientras la alcaldesa, Rocío Patricia Sotelo Ochoa, manifiesta que no existen denuncias sobre secuestros y "levantones".
Carreón reconoció que mucha gente no se atreve a denunciar para no ser víctima de alguna amenaza.
Sobre la necesidad de contar con mayor vigilancia en este lugar, mencionó que si bien se ha tenido presencia del Ejército, es cuando el ambiente es más tranquilo, pero cuando se retiran de nueva cuenta se presentan hechos trágicos.
Dijo que será la propia autoridad municipal quien deberá acudir y hacer una solicitud para contar con mayor presencia de cuerpos de seguridad de manera permanente ante las instancias correspondientes para garantizar la seguridad de los habitantes de la región.